EL CAZADOR Y LOS ANIMALES

Había una vez un caballo que paseaba tranquilamente por un hermoso prado.

De pronto, mientras comía hierba, alguien lanzó una flecha y se le clavó en el culo al caballo.

Al pobre caballo le dolía mucho la herida y empezó a llorar.

Su dueño al escucharlo fué en su ayuda, quitándole la flecha y curando su herida.

El caballo decidió ir en busca de la persona que había disparado la flecha, 

encontrando en su camino a una yegua grande y fuerte a la que contó lo ocurrido, 

y que decidió unirse al caballo en su búsqueda.

Y así fue como el caballo herido y la yegua grande y fuerte 

encontraron a un cazador que estaba a punto de lanzar una flecha a una ardillita.

La yegua grande y fuerte muy enfadada corrió y corrió,

y consiguió dar una coz al cazador antes de que disparara a la ardillita.

Tan fuerte fue la coz, que el cazador salió volando

y quedó enganchado cabeza abajo en la rama de un árbol.

La rama se rompió y... ¡pim pam pum! El cazador fue cayendo y rodando

hasta llegar a un río muy peligroso. Como no sabía nadar se sintió muy asustado y pidió auxilio.

Un elefante que se bañaba en el río escuchó al cazador y decidió ayudarle.

Cuando el cazador le contó al elefante la historia de cómo había terminado en el río, éste le contestó:

"No debes herir a los animales. Yo mismo soy un animal y te he ayudado, he sido bueno contigo,

así que tu también deberías ser bueno con todos los animales"

El cazador comprendió que había actuado mal, así que decidió ir en busca de los otros animales 

y pedirles perdón. Se hicieron amigos y el cazador nunca más volvió a herir a nadie.

FIN

Cuento inventado y dibujado por los alumnos de alternativa a la religión de 1ºB